
El impuesto a las ganancias en Argentina es ese viejo conocido que, cada vez que cambia, genera un verdadero sacudón.
No importa si sos asalariado, autónomo o jubilado: todos quieren saber lo mismo. ¿Desde cuánto tengo que pagar? ¿Cuánto me van a descontar? ¿Y qué pasa con la inflación?
Como periodista especializado en Negocios, he cubierto el tema del Impuesto a las Ganancias en Argentina durante años, y la verdad es que siempre genera un revuelo tremendo entre los trabajadores y las empresas.
Desde mi experiencia, el tema es un constante dolor de cabeza para muchos, porque los números cambian con la inflación y las normativas, y la gente siempre está tratando de entender cómo impacta en su bolsillo.
Y es que el impuesto cambia constantemente.
No es que se modifique de forma diaria, pero con la inflación desbocada y los ajustes semestrales, el monto mínimo a partir del cual se paga Ganancias puede variar mucho en poco tiempo.
Vamos a desmenuzarlo bien, para que cualquiera pueda entenderlo.
- El mínimo no imponible en 2025: ¿cuál es el piso hoy?
- ¿Y los autónomos? ¿Y los jubilados?
- ¿Qué se tiene en cuenta para calcular el impuesto?
- Ejemplo práctico: ¿cómo saber si te toca pagar?
- ¿Qué pasa si cobrás aguinaldo, bonos o extras?
- Las deducciones más útiles (y más olvidadas)
- ¿Se viene una reforma del impuesto?
- ¿Cómo evitar sorpresas con el impuesto a las ganancias?
El mínimo no imponible en 2025: ¿cuál es el piso hoy?
A mediados de 2025, ARCA (la ex AFIP) actualizó los valores del mínimo no imponible, que es básicamente el ingreso mínimo que tenés que superar para que te empiecen a descontar Ganancias.
- Si sos trabajador soltero sin hijos, el piso actual es de $2.280.647 brutos por mes, lo que equivale a unos $1.892.937 netos.
- Si estás casado y tenés dos hijos, el umbral sube a $3.024.494 brutos.
Estos números me los sé de memoria de tanto leer resoluciones y hablar con especialistas, pero lo que más me queda grabado es la reacción de la gente: la mezcla de alivio cuando el piso sube y frustración porque la inflación se come ese "alivio" rapidísimo.
¿Y cómo se actualiza ese piso?
Acá viene el punto sensible: se hace dos veces al año, en enero y julio, usando como referencia la variación del índice salarial RIPTE.
El problema es que ese índice suele ir bastante por detrás de la inflación real.
Por eso, incluso si tu salario no sube en términos reales, es probable que igual pases el mínimo y te toque pagar.
¿Y los autónomos? ¿Y los jubilados?
Cubriendo notas, he visto cómo los autónomos, que arrancan a tributar desde $1.468.658 netos, y los jubilados, con un piso de $2.127.256, se sienten atrapados en un sistema que parece ajustar más lento que los precios.
Una vez, en una entrevista con un pequeño empresario, me dijo: "Es como correr detrás de un tren que ya arrancó". Esa frase se me quedó.
Es que para los autónomos la historia siempre es más dura: no solo pagan desde montos más bajos, sino que no tienen muchas deducciones disponibles y la carga impositiva en general es más alta.
Los jubilados, por su parte, también sienten el golpe.
Si bien hay un piso específico para ellos (equivalente a 8 haberes mínimos), la inflación licúa los haberes tan rápido que muchos terminan pasándolo sin darse cuenta.
¿Qué se tiene en cuenta para calcular el impuesto?
La fórmula no es muy compleja, pero sí requiere atención.
Primero se toma tu salario bruto mensual, se le restan las deducciones permitidas por ley (como cargas de familia, obra social, aportes jubilatorios, entre otras), y a eso se le aplica una escala progresiva que va del 5% al 35%.
Ahí entra en juego el famoso formulario SIRADIG, que permite declarar esas deducciones ante tu empleador.
El formulario SIRADIG es como un rompecabezas que todos intentan armar para pagar menos, pero requiere tiempo y paciencia que no todos tienen.
Muchos trabajadores ni lo conocen, o lo completan mal, y terminan pagando de más.
Por eso siempre recomiendo tomarse una tarde, entrar al sitio de AFIP y hacerlo con calma (o pedir ayuda a un contador).
Ejemplo práctico: ¿cómo saber si te toca pagar?
Imaginemos a Marta, una trabajadora soltera que cobra $2.400.000 brutos mensuales en julio 2025.
- Su salario supera el piso de $2.280.647, por lo tanto, entra en Ganancias.
- Después de las deducciones obligatorias, le quedan unos $1.950.000 netos imponibles.
- Sobre esa base, se le aplica la escala correspondiente. En este caso, paga aproximadamente un 29% del excedente, lo que podría significar un descuento de más de $100.000 por mes.
¿Mucho? Sí. ¿Evitables? Algunas cosas sí. Por eso conviene:
- Cargar correctamente todas las deducciones
- Revisar si el empleador aplica correctamente la tabla
- Consultar con un contador si los montos se ven demasiado altos
Recuerdo una vez, charlando con un contador amigo en un café porteño, me explicó con una servilleta cómo los ajustes semestrales del mínimo no imponible podían cambiarle la vida a un asalariado.
Ese momento me marcó: los números no son solo fríos, son la diferencia entre llegar a fin de mes o no.
¿Qué pasa si cobrás aguinaldo, bonos o extras?
Otro punto clave que confunde a muchos es qué pasa con los ingresos extraordinarios: aguinaldo, premios, bonos o comisiones.
Todos esos montos se suman al ingreso bruto mensual, y si te hacen pasar el mínimo, pagás Ganancias también por ellos.
Ojo: hay una exención especial para el aguinaldo, pero solo si tu salario habitual no supera el piso mensual establecido.
Si lo supera, el aguinaldo entra en la base imponible y se grava como cualquier otro ingreso.
Las deducciones más útiles (y más olvidadas)
Además de las clásicas (cónyuge, hijos, obra social), existen otras deducciones que muy pocos aprovechan, como:
- Alquiler de vivienda
- Gastos médicos no cubiertos por obra social
- Intereses de créditos hipotecarios
- Donaciones a entidades autorizadas
Claro, todo eso requiere guardar comprobantes, cargar datos en SIRADIG y tener algo de disciplina administrativa.
Pero puede representar una diferencia real de miles de pesos a fin de año.
¿Se viene una reforma del impuesto?
El impuesto a las ganancias ha sido parte de debates políticos eternos.
Algunos gobiernos intentan subir el piso, otros ampliar deducciones, otros prometen eliminarlo.
En la práctica, lo que ocurre es que los cambios llegan tarde y muchas veces no alcanzan a compensar la pérdida del poder adquisitivo.
En 2025, he seguido de cerca las actualizaciones de ARCA, y lo que más me llama la atención es cómo la inflación sigue siendo el motor de estos cambios.
Todo el sistema está montado sobre bases que deberían ser móviles, pero que se actualizan con retardo. Y mientras tanto, el trabajador paga.
¿Cómo evitar sorpresas con el impuesto a las ganancias?
Para cerrar, te dejo algunos consejos prácticos que fui recogiendo a lo largo de los años:
- Seguí de cerca tus recibos de sueldo, especialmente cuando hay aumentos o cobrás extras.
- Cargá el SIRADIG al menos dos veces al año, y verificá que tu empleador lo aplique.
- Consultá con un contador si estás cerca del mínimo. A veces conviene ajustar algún ingreso.
- Informate sobre las actualizaciones, especialmente en enero y julio.
Como suele decirse: no es ilegal pagar menos impuestos, si lo hacés correctamente.
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