
Beneficios del yoga facial

Normalmente acumulamos tensión en lugares específicos de nuestra cara y cuello, haciendo que aparezcan ojeras, arrugas y que la piel luzca sin brillo.
Esta rutina de ejercicios se acompaña de un clima adecuado para que el cuerpo y la mente se relajen. Se suele colocar una música tranquila de fondo y se utilizan esencias naturales como lavanda o manzanilla.
Los movimientos abarcan todas las zonas del rostro y cuello, junto con masajes e inhalaciones profundas para crear una sensación de calma y bienestar.
De esta forma logramos relajar los músculos faciales, disminuyendo los signos de la fatiga y previniendo la flaccidez de la piel para que luzca más firme y tonificada.
Si lo deseamos podemos enfocarnos principalmente en los ejercicios de aquellas zonas donde vemos mayor tensión y/o arrugas.
Mejorar la circulación
Ya sea que utilicemos la yema de los dedos o un masajeador de rostro (como el rodillo o la pelota antiestrés), con cada ejercicio estaremos activando y estirando los músculos faciales.
Estos sutiles movimientos y ligeras presiones nos ayudan a estimular la circulación sanguínea, favoreciendo la oxigenación de la piel y eliminando las toxinas que se acumulan diariamente en los tejidos de la piel.
Una mejor circulación sanguínea nos permite lucir una piel más fresca y brillante.
Al realizar esta práctica facilitaremos además la absorción de los productos hidratantes, optimizando los resultados de nuestra rutina de cuidado de la piel.
Prevenir arrugas
Rejuvenecer la piel sin realizar cirugías ni intervenciones invasivas es posible.
Ejercitar la musculatura del rostro con la rutina de yoga facial nos permite estimular naturalmente la producción de colágeno y elastina.
Dos elementos indispensables para prevenir el envejecimiento de la piel, atenuar líneas de expresión y mejorar el aspecto de las arrugas existentes.
Así lograremos progresivamente que nuestro rostro se vea más terso y juvenil.
Es importante aclarar que al igual que cualquier práctica, debemos ser constantes. Idealmente podemos practicar los ejercicios 15 minutos por día, al menos tres veces por semana.
Quienes lo deseen pueden realizar diariamente la rutina de yoga facial, ya sea antes de dormir o por la mañana al comenzar el día.
Esto dependerá de cuándo dispongamos de mayor tiempo, para evitar realizar los ejercicios de forma mecánica. Recuerda que es esencial dedicar atención y conciencia a cada movimiento.
Finalmente, te recomendamos acompañar los ejercicios con una limpieza profunda de cutis, una alimentación saludable y un buen descanso.
Así podrás disfrutar todos los días de una piel fresca y saludable.
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