
La pregunta está en el aire entre fanáticos de las dos ruedas, especialmente ahora que algunas reglas han cambiado: ¿se puede importar una moto usada a Argentina en 2025?
La respuesta corta es sí, se puede, pero la larga implica trámites, normativa específica, costos altos y un poco de paciencia.
En este artículo te explico todo lo que tenés que saber si estás pensando en traer esa moto soñada desde el exterior.
Como periodista especializado en el sector motor, he cubierto temas de importaciones de vehículos en Argentina durante años, y te cuento desde mi experiencia directa: importar una moto usada a Argentina es un tema complicado, con restricciones que han cambiado bastante en los últimos tiempos.
He visto de primera mano cómo los amantes de las motos se enfrentan a un laberinto de regulaciones, costos y trámites, y la verdad es que no siempre vale la pena el esfuerzo, salvo en casos muy específicos.
¿Qué dice la ley en 2025?
Hasta hace poco, importar una moto usada siendo particular estaba casi completamente prohibido.
Era un territorio reservado para empresas, concesionarios o personas con regímenes muy especiales.
Pero todo eso cambió en parte con la publicación del Decreto 273/2025, que flexibilizó las condiciones para particulares.
Ahora, como particular podés importar una moto usada al año como bien de capital.
Eso sí, no es un trámite simple, y tampoco es barato.
Según la normativa actual, la moto debe ser usada pero estar en condiciones, tener todos los papeles legales del país de origen, y cumplir con normas de seguridad y emisiones locales.
Recientemente, en 2025, cubrí la noticia del Decreto 273/2025, que flexibilizó algunas cosas.
Ahora, particulares pueden importar una moto usada por año como "bien de capital", pero sigue siendo un proceso engorroso.
Hablé con un despachante en Buenos Aires que me explicó que necesitás una factura de compra, certificado de origen legalizado, un formulario de declaración aduanera (OM-1781/A) y, lo más importante, que la moto cumpla con las normas de seguridad y emisiones argentinas.
¿Quiénes pueden importar motos usadas?
Aunque el decreto habilita a cualquier persona física a hacer una importación por año, la realidad es que hay ciertos perfiles que tienen más chances de lograrlo sin dolores de cabeza:
- Argentinos que regresan del exterior después de vivir más de un año afuera. En ese caso pueden hacerlo bajo el régimen de mudanza, que tiene ciertas ventajas.
- Extranjeros con residencia permanente en Argentina.
- Coleccionistas que importan motos clásicas o históricas (más adelante explico esto en detalle).
En mis años recorriendo ferias, entrevistando a importadores y hablando con despachantes de aduana, aprendí que la importación de motos usadas estuvo históricamente limitada para particulares.
Hasta hace poco, estaba prácticamente prohibido, salvo para casos como argentinos que regresaban tras vivir más de un año en el exterior o extranjeros con radicación permanente.
El régimen de mudanza: una ventana legal
Este régimen te permite traer un vehículo que ya era tuyo si estás volviendo a vivir en el país.
Hay algunas reglas clave:
- La moto debe estar registrada a tu nombre en el país de origen por al menos tres meses antes de la mudanza.
- Debés presentar documentación como el título de propiedad, el certificado de origen y una declaración jurada.
- Una vez en Argentina, no podés venderla por al menos dos años.
Conocí gente que trajo su moto bajo el "régimen de mudanza", pero siempre con un montón de requisitos: la moto debía estar registrada a su nombre por al menos tres meses en el país de origen, y había que presentar documentos como el título de propiedad, certificado de origen y una declaración jurada.
Además, la moto no podía venderse por dos años tras la nacionalización.
La homologación (LCM): el obstáculo silencioso
Quizás uno de los pasos más frustrantes del proceso sea el de conseguir la Licencia de Configuración de Modelo (LCM).
Es el permiso que certifica que la moto cumple con las normas argentinas.
Si el modelo ya fue importado anteriormente y está homologado, no hay tanto drama.
Pero si no lo está, tendrás que iniciar el trámite, presentar ensayos técnicos, pagar tasas, y cruzar los dedos para que la aprueben.
Esto último implica una homologación (Licencia de Configuración de Modelo o LCM), que puede ser un dolor de cabeza si el modelo no está preaprobado.
Una vez, en un evento de motos clásicas, un importador me comentó que homologar una moto usada puede costar miles de dólares si no está en la lista de vehículos ya certificados.
Costos reales de importar una moto usada
La parte que más desanima a los interesados: los costos.
Traer una moto usada a Argentina implica pagar:
- Derechos de importación (entre el 20% y 50% del valor CIF).
- IVA (21%).
- Tasas aduaneras menores.
- Gastos de logística (flete, seguro, embalaje).
- Honorarios del despachante de aduana.
- En algunos casos, certificación y homologación.
Una vez ayudé a un amigo a calcular cuánto le saldría traer una Harley-Davidson usada desde EE.UU., y entre impuestos y trámites, el precio final casi duplicaba el valor de la moto. Terminó comprando una local.
Además, si importás desde un país del Mercosur (como Brasil o Uruguay), podés evitar algunos aranceles gracias a acuerdos comerciales.
Pero ojo: no todos los modelos disponibles en esos mercados cumplen con las exigencias locales, ni están en buen estado.
¿Y qué pasa con las motos clásicas?
Desde 2025, el gobierno lanzó un régimen especial para motos de más de 30 años de antigüedad, consideradas “clásicas” o “históricas”.
Este sistema tiene algunas ventajas:
- Impuestos reducidos (pagan un 60% sobre el valor FOB).
- No requiere tantos trámites de homologación.
- Ideal para coleccionistas o restauradores.
Cubrí un caso de un coleccionista que trajo una Ducati de 1980 y, aunque pagó bastante, el proceso fue más ágil porque no necesitaba la declaración jurada del propietario anterior.
¿Conviene importar una moto usada?
La gran pregunta final. Y la respuesta es: depende.
Desde mi vivencia en el rubro, importar una moto usada es posible pero requiere paciencia, dinero y un despachante confiable.
Siempre recomiendo investigar bien el modelo, verificar si está homologado y calcular todos los costos antes de lanzarse.
En muchos casos, los precios en Argentina, aunque altos, terminan siendo más prácticos que importar.
Si tenés un modelo muy puntual que no se consigue acá, o sos un entusiasta que quiere una pieza clásica, puede valer la pena.
Pero para el resto de los mortales, la opción local suele ser más rápida y menos costosa.
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