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Dar de baja el concubinato: Todo lo que necesitas saber para hacerlo sin enloquecer

Dar de baja el concubinato o, dicho formalmente, realizar el cese de la unión convivencial puede parecer un trámite simple, casi automático.

Pero créeme, no lo es.

Cuando me tocó hacerlo, descubrí que incluso los procesos más impersonales pueden transformarse en verdaderos laberintos de papeles, plazos y formalidades.

En este artículo te voy a contar mi experiencia y, de paso, explicarte paso a paso cómo hacerlo correctamente, tanto si vivís en CABA como en la Provincia de Buenos Aires.

Índice
  1. ¿Qué significa “dar de baja el concubinato”?
  2. Mi experiencia personal con la disolución del concubinato
  3. Cómo se da de baja una unión convivencial en CABA
  4. Cese del concubinato en la Provincia de Buenos Aires
  5. Requisitos generales para dar de baja el concubinato
  6. El lado burocrático (y emocional) del trámite
  7. Consejos prácticos para evitar dolores de cabeza
  8. Preguntas frecuentes sobre cómo dar de baja el concubinato
  9. Cerrar una etapa con dignidad (y paciencia)

¿Qué significa “dar de baja el concubinato”?

Aunque coloquialmente todos hablamos de concubinato, el término legal correcto en Argentina es Unión Convivencial, regulada por el Código Civil y Comercial (Ley 26.994).

Básicamente, es un registro oficial que reconoce la convivencia estable entre dos personas mayores de edad que comparten un proyecto de vida en común, sin estar casadas.

Cuando esa convivencia termina, no alcanza con simplemente separarse de hecho.

Si la unión está registrada en el Registro Civil, hay que hacer el cese formal, o sea, “darla de baja”.

Solo así el Estado deja constancia de que esa relación ya no existe legalmente.

Esto es clave si más adelante uno de los dos quiere casarse, registrar otra unión o hacer trámites bancarios o de obra social.

Mi experiencia personal con la disolución del concubinato

Como periodista de Ocio, mi experiencia personal al enfrentarme al “Dar de baja el Concubinato” (o cese de la unión convivencial, como se le llama formalmente) fue una travesía inesperadamente densa y reveladora, una que me hizo darme cuenta de que incluso los trámites que conciernen al fin de una relación, que por su naturaleza ya es un proceso emocionalmente agotador, pueden ser una fuente inagotable de burocracia, costos y, lo que es peor, malentendidos en un momento de vulnerabilidad.

Inicialmente, creí que deshacer lo que se había establecido con una simple firma de convivencia en el Registro Civil sería igual de sencillo, una fantasía de eficiencia administrativa que se disipó rápidamente.

Mi pareja y yo, después de cinco años de convivencia, decidimos tomar caminos separados.

Habíamos registrado nuestra unión por motivos prácticos obra social y trámites bancarios y pensábamos que el fin sería igual de simple.

Pero la realidad nos demostró que romper un vínculo legal es más difícil que iniciarlo.

Cómo se da de baja una unión convivencial en CABA

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el trámite se hace en el Registro Civil, pero hay tres formas de hacerlo, según la situación:

  • Por mutuo acuerdo: la más sencilla si ambas partes están de acuerdo.
  • Por voluntad unilateral: cuando solo una persona quiere disolverla, lo cual implica enviar una carta documentonotificando al otro conviviente.
  • Por otras causales: como el matrimonio posterior o fallecimiento de uno de los convivientes.

En mi caso, optamos por el mutuo acuerdo, pensando que sería cuestión de firmar y listo.

Craso error.

El trámite se inicia por el sistema TAD (Trámites a Distancia), donde hay que crear un usuario en miBA, cargar el acta original de la unión convivencial, y esperar un turno para una audiencia presencial o virtual.

Ese turno, que teóricamente llega rápido, puede tardar varias semanas.

Durante ese tiempo uno vive en un limbo legal: ya no está con su pareja, pero tampoco está “legalmente libre”.

El día de la audiencia, el funcionario revisa documentos (DNI, acta original, formulario de solicitud), verifica identidades y redacta el acta de cese, que se anota en el registro.

Es un procedimiento formal, con cierto aire solemne, aunque la escena sea más administrativa que romántica.

La nota marginal en el acta original es el sello que certifica la disolución.

Cese del concubinato en la Provincia de Buenos Aires

Si vivís en la Provincia de Buenos Aires, el proceso cambia un poco.

Según el Registro de las Personas (gba.gob.ar), el trámite puede hacerse en cualquier delegación del registro, y también distingue tres modalidades:

  • Mutuo acuerdo: ambos se presentan y firman la solicitud.
  • Unilateral: uno de los convivientes presenta una notificación fehaciente (carta documento o acta notarial).
  • Automático: si se acredita el matrimonio de alguno de los convivientes o el fallecimiento.

En algunos municipios el trámite se hace con turno previo, en otros directamente por orden de llegada.

Es recomendable llevar el acta original, fotocopia del DNI y, si corresponde, la carta documento que acredite la notificación.

Requisitos generales para dar de baja el concubinato

Aunque cada jurisdicción tiene sus matices, los requisitos comunes son los siguientes:

  • DNI de ambos convivientes (vigente).
  • Copia o número de acta de la unión convivencial.
  • Formulario de cese (disponible en el Registro o en línea).
  • Turno confirmado (si el sistema lo requiere).
  • En algunos casos, comprobante del pago de arancel.

Si la disolución es unilateral, hay que adjuntar la carta documento enviada al otro conviviente o la acta notarial que lo acredite.

El lado burocrático (y emocional) del trámite

Lo más frustrante fue el factor humano del trámite.

La persona a cargo del expediente, aunque profesional, actuaba con una rigidez protocolaria que contrastaba con la ligereza de la palabra “Ocio” de mi sección.

No era solo un papel que se firmaba; era un acto administrativo que requería la presencia de ambos, el DNI vigente, y la presentación de formularios específicos que parecían escritos en latín legal.

Y aunque el costo no fue alto, todo el proceso tuvo un aire de solemnidad inesperado.

Tuvimos que esperar 72 horas hábiles para que se acreditara el pago y, finalmente, el acta de cese fue emitida.

Ver esa nota marginal fue como recibir una carta de libertad administrativa.

El alivio fue real, pero llegó después de semanas de espera.

Consejos prácticos para evitar dolores de cabeza

Mi reflexión como periodista es clara: informarse antes puede ahorrarte muchos disgustos.

Nadie explica bien la diferencia entre una simple “información sumaria de convivencia” (una declaración ante escribano) y una unión convivencial registrada, que sí genera efectos legales.

Si tenés una unión formalizada, es fundamental que también pienses en su finalización.

Algunos consejos que aprendí en carne propia:

  • Hacete un Pacto de Convivencia antes de registrarte. Define cómo se dividirán bienes, hogar y responsabilidades en caso de ruptura.
  • Si hay mutuo acuerdo, firmá ante el Registro o escribano. Es más rápido y evita cartas documento.
  • Averiguá bien los requisitos de tu jurisdicción. En Argentina, cada registro tiene reglas propias.
  • Guardá todo digitalizado. Te evitará idas y vueltas al momento de presentar el expediente.
  • No subestimes el factor emocional. A veces el cierre legal llega mucho después que el emocional, y eso está bien.

Preguntas frecuentes sobre cómo dar de baja el concubinato

¿Cuánto cuesta dar de baja el concubinato?

Depende de la provincia.

En CABA el trámite suele ser gratuito, salvo certificaciones notariales.

En la Provincia de Buenos Aires puede haber un pequeño arancel de registro.

¿Cuánto tarda el trámite?

Si todo está en regla y ambas partes están de acuerdo, puede resolverse en una o dos semanas.

En casos unilaterales, el proceso puede extenderse un mes o más.

¿Puedo hacerlo yo solo/a?

Sí, pero solo en el caso de disolución unilateral, notificando al otro conviviente con una carta documento o escribano.

¿Qué pasa si no doy de baja la unión convivencial?

Legalmente seguirás figurando como conviviente.

Esto puede impedirte registrar una nueva unión o incluso casarte.

Además, puede generar conflictos sobre bienes o derechos.

¿Puedo hacerlo online?

En CABA el inicio del trámite se hace por el TAD (Trámite a Distancia), aunque la firma y cierre suelen requerir una instancia presencial o virtual.

Cerrar una etapa con dignidad (y paciencia)

El proceso terminó con la entrega del acta rectificada, y aunque fue un alivio legal, la verdadera libertad emocional ya había ocurrido antes, fuera de las paredes de esa oficina estatal, demostrando que la vida, a diferencia de la burocracia, no necesita un sellado para pasar de página.

Dar de baja el concubinato no es solo un trámite: es un cierre formal de un ciclo de vida.

Si lo hacés con información, paciencia y respeto, se vuelve una oportunidad de aprendizaje más que un dolor de cabeza.

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